Carlos Ramonell, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), volvió a advertir esta mañana sobre los riesgos de transitar a pie o en vehículo el lecho de la laguna Setúbal. Destacó que el suelo no es homogéneo, sino que presenta zonas con sedimentos antiguos y resistentes y otras con fangos muy blandos de depositación reciente. “De este modo, puede ocurrir que se esté transitando cómodamente en terreno firme y de repente caer en pozos de dragado, como los cercanos a la costanera oeste. Estas zanjas suelen tener en sus fondos una cantidad importante de fangos muy blandos que se han ido depositando durante esta bajante; están próximas al contacto entre el lecho emergido y el agua lagunar, que en algunas partes tiene profundidades de 5 m y taludes muy empinados, lo cual hace que los hundimientos sean bruscos y no graduales. Por lo tanto, es arriesgado caminar sobre la laguna, así como transitar con autos, sobre todo en los próximos días, donde se espera que los niveles hidrométricos comiencen a ascender algunos decímetros”, subrayó.
En este sentido, el investigador sugirió que “se deberían identificar y señalizar con cartelería las proximidades de dichos pozos de dragado, a fin de evitar que las personas continúen acercándose a los mismos y a las áreas riesgosas circundantes”.
Antecedentes
Estos riesgos en la laguna se habían dado a conocer en mayo de este año, cuando algunos ciudadanos, ávidos de observar el nuevo paisaje que presentaba la Setúbal por la bajante histórica del río Paraná, se acercaban hasta el lecho, quedándose empantanados en algunos casos.
En aquella oportunidad, Ramonell había explicado que el suelo que hoy puede observarse en el corazón de la Setúbal es el fondo lagunar emergido, formado principalmente por materiales limosos y arcillas. “Parte de este material fino con agua intersticial, al secarse por estar expuesto al sol, se va contrayendo y se generan grietas en el terreno. No obstante, el sedimento entre las grietas se mantiene hidratado en profundidad y por lo tanto los terrenos que se van desecando no son seguros para transitar; la capa seca superficial puede resquebrajarse con el peso de un auto o a veces menos y provocar hundimientos”.
En este sentido, el investigador había recomendado no transitar por la zona, ya sea caminando o en vehículos. “Además, el fondo plano continuo de la laguna está interrumpido por las fosas de dragado que se hicieron para los alteos del barrio El Pozo, Parque Tecnológico, Ciudad Universitaria y en algunos lugares de la costanera oeste para cubrir de arenas las márgenes naturalmente fangosas. Estos pozos que están actualmente ocupados por agua son muy profundos y peligrosos para que las personas se acerquen, dado que sus paredes pueden colapsar como si fuesen una barranca natural de nuestros ríos”.
El lamentable hecho que ocurrió este lunes, a la altura del Espigón II, volvió a poner sobre la mesa estas advertencias y la necesidad de toma de conciencia por parte de la ciudadanía.
Fuente: UNL