Subsecretario de Gestión y Planificación
Municipalidad de San Javier
La Asociación para el Desarrollo Regional de la Costa. Una rica historia, un triste presente
Créditos accesibles para emprendimientos, capacitaciones, charlas y jornadas, parecen ser hoy sólo parte de la reciente historia de la Asociación para el Desarrollo de la Costa. Es lamentable ver a la entidad reducida a una caja de recursos, donde las alianzas políticas deciden arbitrariamente cuánto dinero tendrán disponible los emprendedores para financiar sus proyectos, según la localidad a la cual pertenecen; además de los problemas de público conocimiento con intervención de la justicia.
El castigo a la minoría política desde el año 2018, en este caso San Javier, no tiene ningún tipo de precedentes en la historia de la Asociación para el Desarrollo. Esta situación conlleva a una discriminación económica y social de los sanjavierinos, frente a los ciudadanos de las demás localidades que integran la entidad: La Brava, Cacique Ariacaiquín, Colonia Teresa y Alejandra. La quita de recursos al distrito San Javier y la exclusión de la Municipalidad de la Comisión Directiva de la Asociación así lo demuestran.
Sobre la quita de recursos
Para conocer cuántos recursos se quitaron a San Javier tenemos que remontarnos a la primera entrega de proyectos con fondos propios (provenientes de la recuperación de créditos otorgados por la provincia a los productores) que hiciera la Asociación en julio de 2003. Por ese entonces, la comisión directiva estaba integrada por el presidente Oscar Fullana (Presidente de Comuna de La Brava), José Baucero (Intendente de la Municipalidad de San Javier) en el cargo de secretario; Luis Hernán (Presidente de Comuna de Alejandra) ejerciendo el cargo de tesorero y Marina Ayala (Presidente de Comuna de Cacique Ariacaiquín) como vocal. Luego de un enorme trabajo de difusión y promoción de la Asociación en las 4 localidades, con una activa participación de la comisión directiva en su conjunto, sumado al equipo técnico asesor, se realizó una convocatoria donde se presentaron cerca de 150 proyectos; se evaluaron técnicamente y aprobaron 48, quedando otros tantos en espera y otros en reformulación.
La asignación de los fondos disponibles en ese momento para financiar los 48 proyectos aprobados fue la siguiente: San Javier 63%, Alejandra 16%, La Brava 13% y Cacique Ariacaiquin 8%. Cabe remarcar que San Javier era minoría política por ese entonces en la comisión directiva de la Asociación. Estos valores porcentuales fueron consensuados y se definió tomarlos como referencia hacia el futuro; y más allá de los diferentes escenarios, se sostuvo el acuerdo durante todo este tiempo, hasta que en 2018 se modificaron arbitrariamente, ya con la aparición de Colonia Teresa como quinto integrante. Actualmente los valores son: San Javier 32%; Alejandra 23%; La Brava, Cacique y Colonia Teresa: 15 % para cada localidad.
Sobre la discriminación institucional
Desde su creación en 1998, San Javier tuvo siempre un rol central en la toma de decisiones en el ámbito de la Asociación, independientemente de la mayoría política partidaria de cada momento. Su sede se ubica en la cabecera departamental y siempre la Municipalidad ocupó los cargos de presidencia o secretaría; hasta la reciente decisión de exclusión tomada por la comisión desde 2018.
Además en el distrito San Javier se encuentra más del 70 % de la población de la región que comprende a la Asociación para el Desarrollo. Con los porcentajes actuales, por cada peso que potencialmente podría acceder un emprendedor de San Javier, en el resto de las comunas disponen de hasta 20 pesos; es decir, 20 veces más de recursos.
La Asociación no es (no debería ser) sólo una institución de créditos
Más allá de los puntos anteriores, quisiera expresarme sobre el espíritu de esta entidad formidable para impulsar el crecimiento y desarrollo de nuestras localidades, apelando a mi participación en la administración de la entidad entre los años 2001 y 2003 y como secretario de la producción de la Municipalidad de San Javier entre 2010 y 2015, donde participamos activamente en la gestión de la entidad, periodo en el que el intendente Mario Migno presidió la Asociación.
Desde su constitución formal como entidad regional en el año 1998, luego de una etapa de acuerdos y consensos, logró obtener fondos propios mediante la recuperación de créditos que el Ministerio de la Producción de la provincia había otorgado a los productores agropecuarios y éstos debían devolver a la Asociación.
En el periodo 2001 al 2003, en plena crisis – la mayor de las últimas décadas – se conformó un Equipo Técnico que asesoró a la comisión directiva (sí, a la comisión directiva en su conjunto, porque la Asociación funcionaba como tal, más allá de las diferencias) en el diseño de un Plan Estratégico Participativo regional (sí, regional, porque se pensaba en términos de región; y participativo, porque se impulsaron espacios permanentes de participación de las comunidades en rondas de talleres abiertos en cada localidad, con una asamblea final en San Javier con la participación de más de 150 personas e instituciones); y luego se conformaron grupos de referentes locales en cada comunidad, donde junto a la comuna o Municipalidad recibían los proyectos que eran luego evaluados por el equipo técnico. Cabe decir que el equipo técnico estaba conformado por 6 referentes que representaban a las 4 localidades.
El Plan Estratégico se puso en marcha con la primera tanda de proyectos financiados con recursos propios en el año 2003, como fuera comentado anteriormente. Todos los proyectos financiados contaron con asesoramiento técnico y capacitaciones, porque ésta fue la idea fuerza más recurrente en el proceso de planificación: Acompañar el financiamiento de cada proyecto con asistencia técnica y capacitación. El costo de la asistencia técnica era solventado con un porcentaje del crédito, es decir la pagaba el mismo emprendedor, y las capacitaciones se obtenían mediante la gestión con otros organismos, sin generar costos extras significativos para la entidad. Así se sumaron más técnicos para el seguimiento de proyectos. Este modelo de trabajo llevó a que en el cierre de gestión del por entonces MAGIC (Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio de la Provincia), a fines del 2003, la Asociación para el Desarrollo de la Costa fuera convocada a formar parte de una terna de casos exitosos, para exponer frente a las 21 asociaciones y funcionarios provinciales. Todo un reconocimiento al esfuerzo compartido.
Entre el 2004 y el 2010 no participé de la vida institucional de la Asociación, solo puedo decir que el equipo técnico de disolvió y lo que parecía una política de Estado plasmada en el Plan Estratégico no se vio reflejada en el territorio, al menos desde mi percepción.
A partir del año 2009 se retomó la gestión con un equipo técnico para la evaluación de proyectos, pero esta iniciativa sólo se pudo llevar adelante en el distrito San Javier. El resto de las comunas plantearon criterios propios para el otorgamiento de los créditos. La Asociación fue profundizando así una fragmentación en la gestión.
En San Javier se convocó a los técnicos de la Secretaría de Agricultura Familiar, del Ministerio de la Producción, de la ASSAL, del INTA y de la Secretaría de la Producción. Todos los proyectos fueron evaluados por este equipo, mientras San Javier disponía de recursos para organizar convocatorias públicas para la presentación de proyectos.
Lo más actual es historia reciente y conocida, el presente de una Asociación dividida, en conflicto entre sus integrantes, una caja de recursos; donde San Javier, prácticamente desfinanciado, no puede dar respuestas a las demandas de los emprendedores locales.
Por último, siendo el ambicioso objetivo de esta opinión hacer un aporte para reflexionar juntos, y más allá de la subjetividad propia de quien suscribe, no podemos desconocer que existen elementos objetivos y contundentes, como las relaciones de población y de recursos entre las localidades, con una injusta asignación de los mismos. Reconocerlo puede ayudar a retomar la senda de los acuerdos y la Asociación ser el ámbito de cooperación para cumplir con los objetivos de su estatuto: promover el desarrollo de la región, gestionar programas y proyectos, fondos rotatorios, capacitaciones, convocar equipos de trabajo; y los integrantes (dirigentes, porque las comunidades nada tienen que ver con esto) contar con una herramienta para construir una región fuerte, porque difícilmente a una localidad le podría ir bien si a la comunidad vecina le va mal.