Mientras mantienen un plan de lucha en repudio
de los 130 despidos confirmados en la víspera, los empleados del Servicio
Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria advirtieron que
la consecuencia directa del brutal ajuste en el organismo será
la desaparición de varios programas de control Fito-Zoosanitarios, que
pondrán en grave peligro la salud de los argentinos, además de afectar las
exportaciones de alimentos.
A través de
un comunicado, los trabajadores del Senasa denunciaron que el desfinanciamiento
de áreas específicas de control repercutirá también en las exportaciones de
productos alimenticios argentinos y que el Gobierno Nacional se
propone “transferir responsabilidades” a entes privados.
En el
documento, los trabajadores del organismo aseguraron que para evitar el
“desguace” del ente público iniciarán un “plan de lucha nacional” y denunciarán
la situación ante organizaciones internacionales encargados de velar por las
condiciones básicas de seguridad agroalimentaria que debe garantizar la
Argentina en materia Fito-Zoosanitaria para exportar alimentos.
“Lejos
estamos de convertirnos en el ‘Supermercado del Mundo’ (palabras del presidente
Mauricio Macri), ya que para que eso sea posible hay que implementar políticas
de fortalecimiento del Sistema Fito-Zoosanitario nacional, para que Argentina
sea creíble en el mundo y así pueda exportar sus productos”, agregaron los
trabajadores del organismo, quienes subrayaron que las provincias que sufrirán
mayor riesgo sanitario serán Entre Ríos, Tucumán y Corrientes, en las
cuales las autoridades del Senasa “levantaron las barreras” de Villa
Olivari y Yapeyú, San Jaime de la Frontera y 7 de Abril al personal que
efectuaba los controles.
En el caso
de Entre Ríos, los trabajadores del Senasa explicaron que se detectó la
presencia de una plaga, el HBL, que afecta a los cítricos y pone en jaque su
exportación. Pero además, hicieron hincapié en que el objetivo central del
ajuste implementado por la alianza gobernante es dejar en manos de la Fundación
Citrícola, un ente privado, la responsabilidad de monitorear y controlar a la
bacteria. “Ellos se resisten porque les no garantizan los fondos para hacerlo
(que es una responsabilidad indelegable del Estado)”, aclara el comunicado.
Según
los empleados del organismo “corren el mismo riesgo otros programas
sanitarios”, entre ellos los que combaten el Picudo del algodón; la mosca
de los frutos (que afecta la producción frutohortícola de todo el país) y
la Lobecia Botrana, plaga que afecta la producción de vides.
Ayer la ola
de despidos que azota a distintas dependencias del Estado llegó también al
Senasa, donde a los trabajadores se les comunicó, a través de una plataforma
del Ministerio de Modernización, que compila los datos de todo el
personal, que habían prescindido de sus servicios a partir del 31 de diciembre.
Mientras mantienen un plan de lucha en repudio
de los 130 despidos confirmados en la víspera, los empleados del Servicio
Nacional de Sanidad Animal y Calidad Agroalimentaria advirtieron que
la consecuencia directa del brutal ajuste en el organismo será
la desaparición de varios programas de control Fito-Zoosanitarios, que
pondrán en grave peligro la salud de los argentinos, además de afectar las
exportaciones de alimentos.
A través de
un comunicado, los trabajadores del Senasa denunciaron que el
desfinanciamiento de áreas específicas de control repercutirá también en las
exportaciones de productos alimenticios argentinos y que el Gobierno Nacional
se propone “transferir responsabilidades” a entes privados.
En el
documento, los trabajadores del organismo aseguraron que para evitar el
“desguace” del ente público iniciarán un “plan de lucha nacional” y denunciarán
la situación ante organizaciones internacionales encargados de velar por las
condiciones básicas de seguridad agroalimentaria que debe garantizar la
Argentina en materia Fito-Zoosanitaria para exportar alimentos.
“Lejos
estamos de convertirnos en el ‘Supermercado del Mundo’ (palabras del presidente
Mauricio Macri), ya que para que eso sea posible hay que implementar políticas
de fortalecimiento del Sistema Fito-Zoosanitario nacional, para que Argentina
sea creíble en el mundo y así pueda exportar sus productos”, agregaron los
trabajadores del organismo, quienes subrayaron que las provincias que sufrirán
mayor riesgo sanitario serán Entre Ríos, Tucumán y Corrientes, en las
cuales las autoridades del Senasa “levantaron las barreras” de Villa
Olivari y Yapeyú, San Jaime de la Frontera y 7 de Abril al personal que
efectuaba los controles.
En el caso
de Entre Ríos, los trabajadores del Senasa explicaron que se detectó la
presencia de una plaga, el HBL, que afecta a los cítricos y pone en jaque su
exportación. Pero además, hicieron hincapié en que el objetivo central del
ajuste implementado por la alianza gobernante es dejar en manos de la Fundación
Citrícola, un ente privado, la responsabilidad de monitorear y controlar a la
bacteria. “Ellos se resisten porque les no garantizan los fondos para hacerlo
(que es una responsabilidad indelegable del Estado)”, aclara el comunicado.
Según
los empleados del organismo “corren el mismo riesgo otros programas
sanitarios”, entre ellos los que combaten el Picudo del algodón; la mosca
de los frutos (que afecta la producción frutohortícola de todo el país) y
la Lobecia Botrana, plaga que afecta la producción de vides.
Ayer la ola
de despidos que azota a distintas dependencias del Estado llegó también al
Senasa, donde a los trabajadores se les comunicó, a través de una plataforma
del Ministerio de Modernización, que compila los datos de todo el
personal, que habían prescindido de sus servicios a partir del 31 de diciembre.
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