Sin dudas con su compromiso, sinceridad, capacidad de lucha y predisposición hacia el prójimo, nos mostró el camino a seguir dejando huellas.
Dejas un vacío inmenso no solo en la docencia sino también en todas las instituciones, en las que luchaste siempre por el bien común, dejando de lado el propio.
Así te vamos a recordar con esa sonrisa contagiosa, siempre de frente y al frente, sin pelos en la lengua, mujer simple, sencilla de gran corazón, gran profesora, luchadora como ninguna.
Que el dolor que nos invade sirva para recordarte y honrarte de la mejor manera posible, como vos lo mereces.
Siempre estarás en ésta, tu casa y en nuestros corazones.
Enséñanos como se hace para seguir y danos la fuerza en todo lo que emprendamos.
