El 20 de julio se celebra el Día del Amigo en algunas regiones y la Argentina no es ajena a esta celebración. La fecha tuvo origen en nuestro país a raíz de un acontecimiento internacional: la llegada del hombre a la luna. Todo comenzó por iniciativa de Enrique Febbraro, odontólogo de profesión y vecino de Lomas de Zamora, sur del conurbano bonaerense, quien además se había formado como docente de historia, psicología y filosofía.
El día que Neil Armtrong y Buzz Aldrin caminaron sobre la luna, Febbraro fue uno de los pocos que los vio en televisión. La celebre frase «un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la humanidad» quedó registrada en la memoria de miles de personas que avistaron la llegada del hombre a la Luna.
El vecino de Lomas de Zamora escribió una carta que llegó a referentes del mundo, a los que accedió a través de contactos en el Rotary Club. En su escrito proponía que la llegada del Apolo XI al satélite natural fue tenido en cuenta como un «gesto de amistad» de los seres humanos con el universo.
De a poco, la fecha propuesta por el vecino se amplió a otras regiones, primero a las cercanas geográficamente. A lo largo de su vida, Febbraro llegó a ser nominado dos veces al Premio Nobel de la Paz. Además, fue distinguido en más de una ocasión. En 1989 lo declararon Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, en 1992 de Miami y en 2003, la Cámara de Disputados lo nombró Mayor Notable Argentino.
Enrique Febbraro falleció en 2008 y pese a un intento de celebrar a escala mundial el Día del Amigo el 20 de julio, la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) declaró en 2011 que cada 30 julio se celebre el Día Internacional de la Amistad.