El padre Sergio Capoccetti escribió unas palabras a modo de despedida de su tarea pastoral en la ciudad de San Javier, Lo hizo a través de su cuenta de Facebook donde agradece por los momentos compartidos con la comunidad y pide perdón a quienes puedan haerse sentido mal por algo que hizo o dijo.
Mi buen Señor enséñame a ser generoso.
Enséñame a servirte como sirves tú, a dar sin calcular el costo…
A luchar sin temer las heridas; a trabajar sin desear el descanso; a darme a mí mismo sin esperar otra recompensa que la de saber que estoy haciendo tu voluntad.
En los caminos torcidos de algunos hombres el Señor me hizo un gran regalo, llegar a estas comunidades que durante 12 años me invitó a servir desde mi ministerio sacerdotal.
Muchas cosas debo agradecer a ustedes. Gracias por los momentos que me dejaron compartir, por las Eucaristías que pude celebrar, por los Bautismos de sus hijos y nietos; gracias por los matrimonios que juntos preparamos y celebramos, y por los momentos tristes que en comunidad caminamos.
Gracias por decirme padre, y por decirme Sergio, siempre intenté ser sacerdote y amigo, siempre los defendí y siempre fui fiel a la Iglesia y lo que ella me pide.
Algunos no quisieron comprender mis palabras, no importa, son solo mis palabras; pero si les ruego a ellos que no se cierren a la palabra de Dios, que es AMOR.
Perdón a aquellos que se sintieron mal por algo que hice o dije, nunca obré con maldad, siempre busqué el bien y la verdad. Soy hombre, tengo muchas miserias.
Demos gracias al Señor por todo lo que nos ha regalado, por este tiempo que nos ha permitido caminar juntos.
Ahora seguiremos el camino, es verdad que en distintos lugares, pero en la misma Iglesia y hacia la misma meta, CRISTO.
¡Qué Dios nos bendiga!
P. Sergio
Enséñame a servirte como sirves tú, a dar sin calcular el costo…
A luchar sin temer las heridas; a trabajar sin desear el descanso; a darme a mí mismo sin esperar otra recompensa que la de saber que estoy haciendo tu voluntad.
En los caminos torcidos de algunos hombres el Señor me hizo un gran regalo, llegar a estas comunidades que durante 12 años me invitó a servir desde mi ministerio sacerdotal.
Muchas cosas debo agradecer a ustedes. Gracias por los momentos que me dejaron compartir, por las Eucaristías que pude celebrar, por los Bautismos de sus hijos y nietos; gracias por los matrimonios que juntos preparamos y celebramos, y por los momentos tristes que en comunidad caminamos.
Gracias por decirme padre, y por decirme Sergio, siempre intenté ser sacerdote y amigo, siempre los defendí y siempre fui fiel a la Iglesia y lo que ella me pide.
Algunos no quisieron comprender mis palabras, no importa, son solo mis palabras; pero si les ruego a ellos que no se cierren a la palabra de Dios, que es AMOR.
Perdón a aquellos que se sintieron mal por algo que hice o dije, nunca obré con maldad, siempre busqué el bien y la verdad. Soy hombre, tengo muchas miserias.
Demos gracias al Señor por todo lo que nos ha regalado, por este tiempo que nos ha permitido caminar juntos.
Ahora seguiremos el camino, es verdad que en distintos lugares, pero en la misma Iglesia y hacia la misma meta, CRISTO.
¡Qué Dios nos bendiga!
P. Sergio