Esta técnica hace un tiempo se esta utilizando en otras localidades de nuestro país. La misma se lleva a cabo en arboles que con sus raíces superficiales han causado daños significativos a algún tipo de construcción o de manera preventiva antes de que pase, cuando el riesgo es inminente.
Las cuestiones que se tienen en cuenta son la capacidad del ejemplar de soportar la intervención y la distancia del tronco principal a la zona del corte.
En el corte se utiliza una lamina de polietileno dispuesta de manera vertical, que debe superar los 0,5m de profundidad, por lo que las raíces al encontrar esta limitación se dirigen hacia abajo hasta que finaliza la misma y continúan su curso horizontal a una profundidad mayor, reduciendo de esta manera el daño a la superficie construida, como son el caso de las veredas.
El caso de la foto es un ejemplo de la importancia que tiene la distancia entre el tronco y la zona de intervención, para garantizar la estabilidad y supervivencia del ejemplar.