El sueño de Colón de ganar su primer título internacional chocó con una realidad llamada Independiente del Valle: el conjunto ecuatoriano, que había eliminado a Independiente y Corinthians en instancias anteriores, demostró que es un equipo de jerarquía al ganarle 3-1 en la final disputada en Asunción y se consagró campeón de la Copa Sudamericana.
Luis Fernando León, Jhon Sánchez y Cristian Dájome anotaron los goles del conjunto ecuatoriano, mientras que Emanuel Olivera marcó el 2-1 transitorio para Cólon, cuando quedaban un puñado de minutos para el final. El penal que el portero Jorge Pinos le detuvo al Pulga Luis Rodríguez en el inicio del segundo tiempo podría haber cambiado la historia, pero Colón no tuvo fortuna en ese momento y lo pagó con la derrota en la lluviosa tarde asunceña.
La final disputada en el estadio "La Nueva Olla" de Cerro Porteño comenzó accidentada, por la cantidad de agua caída, que obligó a una interrupción de casi una hora, cuando Independiente del Valle se imponía 1-0 sobre Colón tras casi 30 minutos de juego.
La cortina de agua que cayó en la tarde de Paraguay inundó muy rápido el campo de juego del estadio la Nueva Olla de Cerro Porteño. Charcos en diferentes sectores del campo determinaron que el árbitro brasileño Raphael Claus llamara a los capitanes y los mandara a los vestuarios, a la espera de que la lluvia cesara un poco y el césped comenzara a drenar.
Al momento de la suspensión, el conjunto ecuatoriano se imponía 1-0 con un gol de cabeza anotado por Luis Fernando León a los 25 minutos, después de un tiro libre ejecutado por el argentino Cristian Pellerano. El envío del defensor ecuatoriano pasó entre las piernas del arquero de Colón, Leonardo Burián, que no pudo hacer nada ante la potencia y la rapidez que tomó el balón.
Llegó entonces el parate, que pareció afectar más a Colón. Para colmo, tras la reanudación, un contragolpe afortunado de los ecuatorianos terminó con el segundo gol, con un disparo de Sánchez que se desvió en un defensor y descolocó a Burián.
El penal de Rodríguez al inicio del segundo tiempo pudo haber sido clave para cambiar la inercia del juego, pero apareció Pinos para detenerlo. Entonces, el factor anímico hizo crecer a los ecuatorianos y aplacó el ánimo de Colón. Así pasaron los minutos sin demasiadas acciones destacadas, hasta que el equipo santafesino encontró el descuento por intermedio de un cabezazo de Olivera, pero casi no había tiempo. Y en plena desesperación, regaló espacios en el fondo para que Dájome corriera con el arco vacío y anotara el 3-1 que selló la suerte de Colón.