Así lo indicó el nuevo Vicario
Parroquial del Santuario San Francisco Javier en el marco de la celebración a
San Cayetano que tuvo lugar este miércoles en San Javier. Esta fue la primera
misa oficiada por el Leando Martín Orellano en la ermita del Santo del Trabajo ya que hace solo
dos semanas se encuentra realizando su tarea pastoral en nuestra ciudad. La
celebración a San Cayetano comenzó con la procesión realizada por las calles de
la primera ciudad de la costa y que partió del Santuario local. Tras la
celebración de la misa en el barrio se bendijeron el pan, estampas, medallas y
otros elementos que los fieles acercaron al altar. También se ofició una misa
en el templo parroquial desde las 19:00 horas.
Al referirse a esta celebración de
San Cayetano en San Javier el padre Leandro Martín Orellano sostuvo: “Estoy
contento de celebrar esta mi primer misa aquí en la ermita con un montón de
gente que la verdad que me sorprendió y esto me da mucha alegría”. Además
añadió: “Creo que desde luego la gente pide que no le falte el pan, el trabajo
pero veo que la gente está necesitada de esperanza y alegría” dijo.
En ese sentido, Orellano explicó que:
“La gente debe volver a recuperar eso, las dificultades de la vida no nos deben
cerrar ni hundir más sino que debemos replantearnos las cosas de la mano de
Dios en este día de San Cayetano”. También remarcó: “La gente viene a pedir por
cosas personales como la salud, la familia y demás y creo que la paz y la
alegría también se lo pide al Santo y a Dios”. El padre Leandro Martín Orellano
viene de la Parroquia San Antonio de Padua donde estuvo 6 años, en Santa Fe
capital y hace dos semanas se integró a su tarea sacerdotal en el Santuario San
Francisco Javier.
San Cayetano
Cada 7 de agosto miles de fieles
celebran el Día de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo cuyo origen de conmemoración
se remonta a ese día de 1547 cuando murió en Nápoles a los 77 años.
San Cayetano nació en Vicenza, Italia, en 1480. Estudió en la Universidad de
Padua, distinguiéndose en la teología y doctorándose en derecho civil y
canónico. Si bien creció en el seno de una familia de buen estatus
económico, desde joven supo que su objetivo era
ayudar y servir a los demás.
Cuando terminó la carrera fue nombrado protonotario apostólico en la corte del
papa Julio II, en Roma. En la ciudad capital fue el creador de la asociación
"Del amor divino", cuyo objetivo era enseñar a los socios a llevar
una vida de ayuda a los demás, sobre todo hacia las personas enfermas y a todas
aquellas que no se valían por sí mismas.
A lo largo del tiempo se desprendió de todos sus bienes entregándoselo a los
más pobres y no quiso ningún tipo de reconocimiento ni de honores, cuando miles
y miles de personas lo estaban pasaban muy mal. San Cayetano fue un convencido de que la Iglesia debía servir a
los más pobres y que el clero debía tenía como objetivo renovar el espíritu y
la labor misionera de los sacerdotes.
En Argentina el santo es muy querido y son
numerosos los peregrinos que van a venerarlo en el templo en honor de San Cayetano del barrio porteño de
Liniers.
Oración I
¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de
Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con
fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las
angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por
tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad,
te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud
que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en
Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para
que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el
último momento.
Oración II
Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de
providencia porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus
necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que
confiadamente deposito en tus manos.
(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)
Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el
Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las
flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás
cosas por añadidura. Amén.
Oración III
¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en
mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo
temporal y humano.
¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.
(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la
Divina Providencia.