2 de julio de 2019

ARGENTINA CAYÓ ANTE BRASIL Y NO JUGARÁ LA FINAL DE LA COPA AMERICA


El local ganó 2 a 0 con goles de Gabriel Jesús y Firmino. La Selección tuvo su mejor actuación en la Copa América, pero no le alcanzó para derribar al anfitrión. Jugará por el tercer puesto.


Argentina y Messi y jugaron su mejor partido en la Copa América pero no fue suficiente contra la eficacia de Brasil. Leo y el Kun Agüero reventaron los palos y ni así se dio. Fue 2-0 con goles de Jesús y Firmino.
Brasil salió decidido a marcar la cancha. A mostrar por qué es el candidato, a hacer sentir la localía. Y así empezó a meterle ritmo y a la Argentina le costó frenarlo y debió recurrir a la falta. Pasado el primer aluvión brasileño, la Selección empezó a amigarse con la pelota un poco y así creó los espacios para que Paredes sacara un derechazo tremendo que se fue apenas desviado.
Bastante controlado hasta que apareció Dani Alves en su mejor versión, metió sombrerito sobre Acuña, enganche y armó el jugadón que terminó siendo el gol de Gabriel Jesús.
Y cuando parecía que los brasileños se lo iban a llevar por delante, apareció la mejor versión de Messi en esta Copa América y la Selección recuperó protagonismo. Y así fue que dos jugadas que arrancó Leo y que Agüero casi convierte. Una del Kun, tras un tiro libre del 10, dio en el travesaño. Minutos después, una apilada del capitán que el delantero del Manchester City no pudo terminar de aprovechar.
Argentina puso lo que tenía que poner y con su actitud, parecía que podía complicarle. Messi metió otra en en palo, un centro de Leo se fue cerca. Las oportunidades se sumaban y no había caso. Hasta que tan jugado para el ataque, que en una contra, Brasil consiguió el 2-0 con buena jugada de Gabriel Jesús y definición de Firmino.



El carma de Messi

Ha acudido a cuatro Mundiales y cinco Copas América. Ha jugado cuatro finales. Y no ha ganado ningún título. Ese es el desolador palmarés de Leo Messi con Argentina. Cinco Balones de Oro, todos los récords posibles y decenas de títulos en el Barcelona, pero la historia con su selección es distinta. Muy distinta. Allí, entre el chaparrón de críticas que le han acompañado desde su debut en 2005, jamás ha encontrado su lugar. En la madrugada de este miércoles, tras caer eliminado en las semifinales de la Copa América ante Brasil, pudo cerrar su tormentoso capítulo (esta vez de manera definitiva) con la camiseta blanca y celeste.

La selección brasileña se clasificó para la final de la Copa América doce años después. La lesión de tobillo de Neymar, en la previa del torneo, no ha hecho mella en un combinado que no ha recibido ningún gol en toda la competición. En el Estadio Mineirao, donde en 2014 la Canarinha vivió el episodio más desagradable de su exitosa historia, Gabriel Jesús y Firmino acabaron con la aventura de una Argentina que disparó en dos ocasiones al palo.
Messi cantó el himno a pleno pulmón. Rostro serio. Máxima concentración. Y es que el reto que estaba a punto de afrontar invitaba a ello. Por el rival, el máximo rival, por el escenario y por su incansable ansia de triunfo con Argentina. Un triunfo que se le resiste desde su primera aparición cuando todavía era un niño y vestía melena.
Se desgañitaba Lionel Scaloni en la banda mientras sus jugadores se vestían de guerreros. La presión inicial fue asfixiante. La intensidad, excesiva. Tagliafico vio la amarilla cuando apenas habían transcurrido siete minutos. El motivo, una patada a Gabriel Jesús que le obligó a acudir a la banda para cerrar una aparatosa hemorragia en su rodilla izquierda. Mientras, Coutinho y Paredes se regalaban elogios nariz con nariz, como si de un pesaje previo a un combate de boxeo se tratara. Y todo eso cuando el cronómetro todavía no había alcanzado el cuarto de hora. En resumen, el Superclásico sudamericano.
Entre batalla y batalla, asomó el fútbol. Y lo hizo de los botas de un Dani Alves de 36 años, al que la edad no le impide seguir dando lecciones de cómo se debe jugar a esto. Bailó a Otamendi, al que el paso de los años no le ha sentado tan bien, conectó con Firmino y la jugada finalizó con un remate a bocajarro de Gabriel Jesús. El primer disparo de Brasil entre los tres palos se transformó en gol.
Argentina se recompuso del mazazo. Amarró la posesión, se encomendó a su líder y no cesó en su empeño de obtener la igualada. Paredes avisó desde muy lejos, Agüero se topó con el poste, y él mismo desperdició una carrera de cuarenta metros de Messi, que por primera vez en todo el partido dejó atrás a Casemiro. El mediocentro del Real Madrid persiguió al 10, pegado a su espalda, incansable, atento a todos y cada uno de sus movimientos.
Ya en la segunda mitad, el poste volvió a torturar a la bicampeona del mundo. Esta vez fue a Messi, negado de cara a gol en esta Copa América. Solamente ha podido acumular un tanto, de penalti, en el encuentro de la primera fase ante Paraguay. El portero Alisson Becker, el que fuera su verdugo en las trágicas noches de Roma y Liverpool, agradeció al poste su aparición tras el disparo del astro argentino.
Y entonces llegó la sentencia. Gabriel Jesús echó a correr en el centro del campo, se plantó en el área, y tras dejar por los suelos a media defensa albiceleste, cedió a Firmino para que el delantero del Liverpool se limitara a empujarla. Un golpe definitivo para una selección argentina a la que ya sólo le quedaba la resignación. Scaloni, protesta previa, vio la amarilla mientras Messi, brazos en jarra, observaba cómo se le escapaba otra oportunidad.