Estaban preñadas y amanecieron muertas con
cortes precisos en sus lenguas y genitales. No había rastros de sangre.
"Los veterinarios no saben explicarme cómo se puede hacer algo así",
señaló el productor. Desconcierto, sorpresa y misterio. El pequeño pueblo de Colonia
Durán, en el departamento San Javier, no entiende cómo siete
vacas preñadas amanecieron mutiladas -con cortes precisos y sin rastro de
sangre- en sus lenguas y genitales.
Norberto Bieri es un productor de la zona y es el damnificado por este evento al que él mismo califica de inexplicable. "Han venido veterinarios del lugar y nadie sabe decirme cómo ni con qué puede hacerse algo así. Es decir, no hay una explicación científica. Todo parece cortado con un láser, no dejó rastros ni de sangre y tampoco están partes del animal que faltan", señaló Bieri.
Norberto Bieri es un productor de la zona y es el damnificado por este evento al que él mismo califica de inexplicable. "Han venido veterinarios del lugar y nadie sabe decirme cómo ni con qué puede hacerse algo así. Es decir, no hay una explicación científica. Todo parece cortado con un láser, no dejó rastros ni de sangre y tampoco están partes del animal que faltan", señaló Bieri.
Al productor hay
otro tema que le llama la atención: los animales carroñeros no tocaron las
vacas muertas y tampoco hay moscas. Todo esto desató las más diversas
especulaciones. Algunos hablan de extrañas luces que aparecen por la zona en la
noche y otros dicen haber visto un animal difícil de describir pero que se
conoce como un mito rural: el chupacabras. Pero por el momento se desconoce qué
sucedió con estos animales.
Por otro lado, al margen de la pérdida económica que significó
para el productor, a Bieri le sorprende que ningún especialista pueda definir
la situación que atravesó su ganado. "No
hay envenenamiento, no hay shock eléctrico en los estudios que llevamos a
analizar. Incluso en otras zonas cercanas, entre Los Laureles y San Javier, ya
pasó lo mismo. Y lo de las luces es cierto, yo lo he visto", aseguró
Bieri.
El chupacabras
El término chupacabras hace referencia a un críptido legendario, que se describe como un ser que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas o rurales. El mito tuvo su origen en la isla de Puerto Rico en 1995, y desde entonces se han reportado diversos supuestos avistamientos en lugares tan lejanos a la isla como Maine y Chile, e incluso provenientes de países fuera del continente americano, como Rusia y Filipinas. La mayoría de los informes de avistamientos provienen de América del Norte como México y al sur América Central y América del Sur, especialmente en países como Costa Rica, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Puerto Rico, República Dominicana, Honduras, Nicaragua, Colombia, Guatemala, El Salvador, Panamá, Perú, Chile, Uruguay, Venezuela, Paraguay y algunas zonas del sur de Estados Unidos. El nombre proviene de los supuestos hábitos hematófagos de la criatura, del que se cree que ataca a animales domésticos, especialmente cabras, succionando toda la sangre del cuerpo del animal. Las descripciones físicas de la criatura varían, pero comúnmente se describe como una criatura pesada, del tamaño de un oso pequeño y con una hilera de espinas abarcando desde el cuello hasta la base de la cola.