Todos los 7 de
agosto se celebra el Día de San Cayetano, el patrón al que los fieles le piden pan y trabajo. En San Javier se realizó como cada año la procesión que partió desde el Santuario San Francisco Javier a las 16.00 horas para recorrer las calles de la ciudad hasta la ermita del Santo ubicada en barrio Pizarro, donde se realizó la misa. El presbítero Sergio Capoccetti encabezó ambas actividades.
La vida de este Santo se caracterizó por ayudar al prójimo, por su entrega a las personas más necesitadas y, sobre todo, se destacó por su manera austera de vivir, entregando todo lo que tenía. El origen de esta celebración se remonta al 7 de agosto de 1547, el día de la muerte de San Cayetano. El presbítero italiano nació en el seno de una familia acomodada, pero desde joven supo que su objetivo era ayudar y servir a los demás. En efecto, todo los ajeno a esto, era algo superfluo y no necesario para poder vivir en plenitud.
La vida de este Santo se caracterizó por ayudar al prójimo, por su entrega a las personas más necesitadas y, sobre todo, se destacó por su manera austera de vivir, entregando todo lo que tenía. El origen de esta celebración se remonta al 7 de agosto de 1547, el día de la muerte de San Cayetano. El presbítero italiano nació en el seno de una familia acomodada, pero desde joven supo que su objetivo era ayudar y servir a los demás. En efecto, todo los ajeno a esto, era algo superfluo y no necesario para poder vivir en plenitud.
San Cayetano
fue hijo de los condes de Thiene, su padre, el Conde Gaspar de Thiene y su
madre María di Porto, y estudió derecho en la Universidad de Padua. Recién
terminada la carrera fue nombrado protonotario apostólico en la corte del papa
Julio II, en Roma y, a partir de
ese momento, comenzó una vida de
reflexión y filosofía.