15 de febrero de 2018

DÍA DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER INFANTIL


El Día Internacional del Cáncer Infantil se celebra todos los años el 15 de febrero, fue instituido en el 2001 en Luxemburgo con la idea de sensibilizar y concientizar sobre la importancia de que todos los niños y adolescentes del mundo tengan acceso a un diagnóstico temprano, a un tratamiento adecuado e inmediato y al cuidado integral del paciente y su familia. 

En África, Asia y América Latina y en partes de Europa del Este y del Sur aún no tienen acceso a un tratamiento adecuado que incluya medicamentos esenciales y atención especializada. Actualmente, el lugar donde uno vive, determina la capacidad para sobrevivir al cáncer infantil”. En cuanto a la campaña de sensibilización, se recuerda que se identifica con un lazo dorado que simboliza la fortaleza y resistencia de los niños con cáncer. 140 casos en un millón Según informes de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer en niños menores de 15 años aumentó un 13% entre 2001 y 2010. 

El cáncer infantil es poco frecuente, las tasas mundiales de incidencia oscilan entre 50 y 200 por cada millón de niños en todo el mundo, en los últimos años el número de nuevos casos anuales de cáncer fue de 140 por cada millón de niños menores de 14 años. Las características de la enfermedad en la niñez difieren considerablemente de las observadas en enfermos adultos. 

En general, la leucemia representa alrededor de una tercera parte de todos los cánceres infantiles. Los otros tumores malignos más comunes son los linfomas y los tumores del sistema nervioso central. La mayoría de los cánceres infantiles, inicialmente, presentan signos y síntomas inespecíficos, lo que puede hacer que se detecten en fases ya avanzadas. Posibilidades de curación En los países de ingresos altos, aproximadamente el 80% de los niños con cáncer sobreviven durante cinco años o más después del diagnóstico. 

El pronóstico es bastante peor para los niños con cáncer de los países de ingresos bajos y medianos, debido al diagnóstico tardío que conlleva niveles más bajos de eficacia de los tratamientos; las carencias de los hospitales desprovistos de los medicamentos y suministros adecuados; el padecimiento de otras enfermedades en el paciente; y la falta de conocimientos sobre el cáncer entre los dispensadores de atención primaria. Además, los tratamientos quedan simplemente fuera del alcance de muchos padres de entornos de escasos recursos que tendrían que pagar los gastos médicos de su propio bolsillo.